La situaciòn por la que està sobrepasando nuestro
planeta parece un cataclìsmo mundial. Guerras en Ucrania, Siria y otros
lugares, invasiòn de regugiados a Europa,
crisis financiera ... Observamos una batalla por el dominio mundial,
dirigido por EE.UU, que realmente es un conflicto de civilizaciones.
Segùn Vladimir Lepyojin, filòsofo ruso, hay très civilizaciones
principales en el mundo: civlizaciòn oriental, la occidental y la ortodoxa.
El primer grupo inclue las sociedades del
Oriente, en su mayorìa, muy antigùas: China, la India , Japòn, Corea y
algunas otras. El filòsofo caracteriza
este tipo de civilizaciones como tradicionales.
Al segundo grupo pertenecen casi todos los paìses del Occidente o sea Europa Occidental,
Amèrica del Norte, Australia y otros estados que siguen su rumbo. Estas
sociedades han crecido primero en la base de la religiòn catòlica y
posteriormente, protestantismo. Se
caracterizan, el el primer lugar, por el
pragmatismo y monetarismo y pertenecen a la civilizaciòn orientada al provecho e interès.
En fin, el
tercer grupo de civilizaciones inclue,
en el primer lugar, sociedades que surgieron en la base de la religiòn
cristiana ortodoxa.
El lider de este grupo es Rusia y forman parte de esta civilizaciòn tambièn
los paìses post-sovièticos que apoyan su politica y son sus aliados, asì
llamado el mundo ruso. Este mundo pertenece a la civilizaciòn orientada
a los valores (sobre todo, los morales y espirituales).
Sin
embargo, otros paìses ortodoxales llevan experimentando ya hace muchos años
una influencia extraordinaria, incluso
la presiòn, del bloque occidental encabezado por EEUU. Entre ellos, Ucrania, Serbia, Bulgaria,
Georgia, Moldova.
Se puede decir, que precisamente en el espacio de
estos paìses va desarrollando esta batalla,
batalla de civilizaciones.
La oposiicòn principal està desarrollando entre
EEUU y Rusia que simbolizan dos civilizaciones opuestas: la de interès y la de
valores. Apologistas del Occidente consideran
Rusia y sus aliados como un peligro principal para los pilares de su
sociedad.
Sus temores estàn justificados: la
civilizaciòn orientada al interès que
creyò las sociedades de consumo, sufre una crisis total.
A contario, los valores morales y espirituales de la civilizaciòn ortodoxa se hacen cada vez
màs atractivos para los pueblos, cansados de la globalizaciòn, hipocresìa e
intervenciòn omnipresente del
Tìo Sam, en todos los aspectos de su
vida.
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