“Velas escarlata”, novela del escritor ruso Alexandr Grin, es
muy famosa entre los lectores de Rusia.
Una historia de Assol a quien
profetizaton que un dìa encontrarìa a un prìncipe que llegarìa navegando en el barco de vela pùrpura y la llevarìa a
su paìs lejano para hacerle feliz,
sigue inspirando a muchas artistas y gentes sencillas.
La historia tiene un final feliz. Assol, al pasar por muchas pruebas, al fin
hallò su felicidad, realizandose su sueño. “Velas escarlata” dan esperanza a muchas
personas que luchan por su sueño. Por otra parte, hay bastante escèpticos que
creen que toda la historia es solamente un cuento
bonito, nada màs, que no tiene que
ver nada con la vida real.
La novela de Alexandr Grin es muy
aleccionadora tanto para las mujeres como para los hombres. Assol plasma
las mejores cualidades que atraen a los hombres: la fè y fidelidad, paciencia y resignaciòn. Ningunas adversidades la hicieron
perder fè y desistir de su
sueño.La muchacha esperaba a su ùnico prìncipe, negàndose a propòsitos de otros
hombres, a pesar de la miserìa y burlas de todo el mundo. Por eso, al fin tuvo su recompensa. A su hora, el prìncipe desde su sueño “se materializò” y la
llevò a un paìs encantado.
Lamentablemente, en la vida real muy
pocas personas son capaces de
repetir la actitud de
Assol. La mayorìa pierdan fè y se
retiran de la carrera en cuanto aparezcan primeros obstàculos. Prefieren contentarse
con poco, creyendo, como dice un
refràn, que es mejor tener un pàjaro en mano que buitre volando. El autor de la novela escrita en 1923, expuso
las mismos ideas que Paulo Coelho en su “Alquìmico” en 1990.
Para los hombres, la historia tambièn es muy instructiva. A veces ellos se
quejan de que las mujeres esperen a los
prìncipes y pasan de largo a chicos sencillos.
Sin embargo, Grey, novio de Assol, no
era ningùn prìncipe. Fue capitan que
habìa llegado navegando a la ciudad donde vivìa Assol, en
su barco. Por casualidad, al ver en un
bosque a Assol dormir, se enamorò de ella
y fue a aprender màs acerca de la
chica de sus aldeanos. Al escuchar las historias irónicas sobre los sueños de Assol, compró en una tienda
una madeja enorme de tela escarlata, de la cual
hicieron velas, y un dìa, al amanecer,
apareciò en el horizonte su barco de velas pùrpuras, provocando la sorpresa y
envidia de todos ciudadanos.
Quizas, si llegara a casa de Assol como una persona
sencilla, ella no le recibiera.
¡Es obvio que fuera un hombre sabio y
decidiò convertirse en un prìncipe para no decepcionar a su amada!
La novela “Velas escarlata” parece mucho
a los cuentos rusos. Estos cuentos
tambièn son muy sabios. Hermosas princesas , protagonistas de estos cuentos, al
recibir una peticiòn de mano de un hombre, antes de aceptarla, piden a su pretendiente que ejecute hazañas por ella,
para probarle.
En la èpica rusa se dice mucho sobre hazañas gloriosas de “bogatires” que estos ejecuten por
sus amadas: matan a un dragòn de muchas cabezas, cazan pàjaro de fuego, se bañan en un perol
con leche hirviente, etc. ¡El amor verdadero le ayuda a pasar por todas estas
pruebas!
En el poema “Ruslàn y Ludmila”, de Alexandr Pushkin, un
hechicero negro rapta a la princesa Ludmila, amada de Ruslàn. Cuatro bogatires
van a buscarla. De estos los cuatro fue Ruslàn
quien pudo superar todos los impedimientos mortales que el brujo habìa
puesto en su camino, vencer a a su enemigo y salvar a su amada. El amor le ayudò pasar por todo.
En la niñez a nosotros nos da mucho gusto
leer estos cuentos, pero al hacerse
adultos, casi siempre nos olvidamos de
lo que nos enseñan. ¡Creo que toda la
gente serìa mucho màs feliz si a veces se
dirigiera a la sabiduria de los antepasados!
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